Triatlón - Martín Capriotti "La capacidad de sufrimiento viene con uno"
Capriotti en nuestra Redacción, contando cómo vive este gran presenteMartín Capriotti participó por primera vez de una competencia combinada en un “Triatlón de la Villa”, allá por 2002, “sólo para probar como era una competencia de éstas”. A partir de ahí, se apasionó por esta disciplina y su carrera fue en constante ascenso, hasta ganar hace una semana atrás la clasificación general de la prueba de nivel nacional “Conquistadores del Sur Tucumano”. Los méritos de sus resultados se acrecientan si se tienen en cuenta que empezó casi con 20 años de edad, sin tener antecedentes deportivos en natación, ciclismo o atletismo; y que al tiempo que entrenaba para cada prueba, iba corrigiendo aspectos técnicos en cada una, y cursando sus estudios de medicina en la Universidad de Córdoba, donde se recibió el año pasado. Hoy, reside en Buenos Aires, donde está desarrollando su residencia y proyecta especializarse en oftalmología. El éxito deportivo logrado es más destacado aún si se tiene en cuenta que el triatlón ganado fue de larga distancia, y que fue la primera vez que un representante local obtenía el triunfo en la general de una prueba de nivel nacional. De visitas a su familia en Villa María, visitó EL DIARIO, donde contó sobre este gran momento deportivo por el que atraviesa.- ¿Por qué elegiste hacer triatlón? - “Con mi viejo veíamos que acá se hacían los triatlones, y me parecía que era algo imposible de hacer. Era algo grande, no era tan sencillo. En 2002 me animé y participé de uno, aunque no estaba muy convencido. Mi viejo no quería ni acompañarme. Luego le agarró el gustito, empezó a ir a las carreras y también empezó a participar.” - ¿Y luego de esa carrera? - “Luego de esa carrera me interioricé un poco más. Empecé a entrenar en natación. Lo hice sólo durante un año, mientras estudiaba en Córdoba. Nadaba dos o tres veces por semana en Bucor. La técnica la mejoré sin ayuda de un entrenador. En esa temporada salí campeón provincial de mi categoría. A partir de ahí empecé a entrenar con ‘Bochi’ Sosa (entrenador de Georgina Bardach). Entrenaba con los amateur. En ese entonces, mi entrenador me aconseja empezar con Javier Capittani, porque trabajaba a grupos chicos, en el que estaban Lucas Cocha y los hermanos Oliva. Al tiempo nos deja porque se va a entrenar a Nalbandian. En esos años 2003 y 2004, no mejoré mucho con respecto a 2002. Sólo había mejorado en lo físico pero no se habían dado los resultados. Empecé a entrenar con el ‘Flaco’ Díaz, donde me hizo entrenar con un volumen de natación muy grande. Nadábamos entre 30 y 35 kilómetros por semana, como un nadador profesional. Más lo otro de ciclismo y pedestrismo. Ese año me dedique fundamentalmente a la natación y mejoré muchísimo. En ciclismo y pedestrismo perdí un poco, pero en el agua empecé a salir del agua delante de Leonardo Fedelli y apenas atrás de los hermanos Oliva, que eran buenos nadadores. Ese año hice algunas carreras de nivel nacional, donde anduve bastante buen.” - ¿Y cuándo das ese salto? - “El año pasado. La temporada 2005 y 2006. En diciembre de 2005 salgo campeón argentino de mi categoría, que era la amateur, en Santa Fe, fue ahí donde se vio todo lo que había mejorado en natación, promediando los 20 minutos para los 750 metros. Ese año gané la categoría amateur, y llegué sexto en la general, mezclado entre los 15 de la elite. A las pocas semanas empecé a correr en elite, y fui campeón provincial en San Luis ganando en la última fecha en La Florida; y luego fui a la Copa del Mundo en México, por invitación. La única condición era haber participado en una prueba internacional, que yo la había realizado en La Paz, Entre Ríos Ese año viajamos con Lucas Cocha, Luciano Farías, Marcos Del Podio, Nicolás Ortega, Ana Paula Ortega y Pamela Guijo. Fue una buena experiencia.” - Observándote ahora, además de haber mejorado tiempos, que se van dando los resultados (como ganar la general, el mes pasado en Almafuerte tu primera prueba de nivel Provincial y ahora en Tucumán una de nivel nacional), se nota que estás mucho mejor desde lo físico, con músculos bien marcados y "fino", como se denomina en la jerga.- “Eso son los años de entrenamiento. Una vez hablando con Oscar Galíndez, le preguntaba porque demoró tanto tiempo en hacer un Iron Man, me dijo que era una cuestión del cuerpo que se iba preparando a eso, y de sentirse bien. A eso lo dan los años y la constancia. Es algo natural que da el entrenamiento.”- Has ganado hace casi un mes tu primera prueba general de nivel provincial, hace poco más de una semana, un Nacional, es como ahora empiezan a llegar los resultados anhelados…- “Uno se va midiendo día a día. Yo sabía que esto estaba cerca de conseguirse. En la segunda fecha de Almafuerte se me rompió la bici, encima corrí en una de tipo mountain bike. A la siguiente, cuando me bajé de la bicicleta, cuando salí a correr sabía que estaba bien. Yo estaba entrenando mucho en pedestrismo. Al final de la temporada, es como una necesidad de llegar adelante y sentirse bien. Se da cuando uno está tan entrenado.” - ¿Y en Tucumán? - “Fue un día con un calor insoportable. Me sentía inseguro hasta cuando lo cruce a Díaz, el campeón argentino que venía adelante mío. Cuando lo vi estaba desfigurado. Mi mamá me avisa que se había bajado mal de la bicicleta, salí a buscarlo en la parte del pedestrismo. Los primeros 7 kilómetros salía a matar o morir. Cuando lo pasé e hice la diferencia, me relajé y empecé a disfrutar de la carrera. Esa capacidad de sufrimiento viene adentro de uno. Hay muchos deportistas que la entregan. Veo chicos jóvenes que no se entregan y mi papá, con 52 años les gana, a pesar de la diferencia de edad, porque pone todo. Uno por ahí va despacio para no lesionarse, pero cuando uno supera ese umbral, es cuando está preparado para dar todo y ganar una carrera.” - ¿Qué pasó cuando cruzaste la llegada en Tucumán? - “Estaba muy contento. Estaba emocionado. En una página de Internet de triatlón dijeron que yo había recibido el premio en Almafuerte de Oscar Galíndez que era mi ídolo. Yo reconozco que es un gran atleta y que ha ganado muchas cosas; pero me siento más identificado con Daniel Fontana, que empezó de cero. El entrenaba y estudiaba y tuvo su carrera un poco más sacrificada. Vi muchas carreras de él. En una de ellas Daniel gana y cuando llega se arrodilla y mira al cielo como diciendo “por fin se me dio”. Entonces, cuando gané en Almafuerte hice el mismo gesto. Era una promesa que tenía que cumplir.” - Estás viviendo en Buenos Aires, en pleno barrio Congreso. Allí mezclás estudio, trabajo y entrenamiento. Por como es esa ciudad, debe ser muy complicado entrenar con normalidad...- “Cuando le cuento al entrenador de la selección argentina de triatlón donde estaba viviendo, me dice ‘estas en el medio del loquero, va a ser difícil que puedas entrenar’ Cuando dijo esas palabras, me dije yo salgo a correr aunque sea por encima del Obelisco. Yo no tengo problemas para correr, lo hago por distintos lados, salgo por la 9 de Julio, por La Boca. Para los porteños es imposible, pero no me voy a frustrar por donde me toca entrenar. La parte de natación la hago en un gimnasio a la vuelta de mi departamento y el ciclismo en una bici fija en mi departamento.” - ¿En una bicicleta fija? ¿Entrenas en esas condiciones, ganaste una fecha de nivel nacional y dejaste atrás al campeón argentino en esa misma carrera? - “Acá depende de la mentalidad que tenga cada uno. Cuando estuve en México hablé con mucha gente y aprendí mucho. Nosotros entrenamos en condiciones totalmente diferentes a la de los europeos, por ejemplo. Allí entendí que era una cuestión de años, y que es una cuestión de esperar. Que los resultados se dan con el paso de los años, pueden pasar cinco, seis o más años, antes de alcanzarlos.” - Encima vivís solo en una ciudad donde todos viven a mil por hora. ¿Cómo haces con tu alimentación, para no caer en lo común de esa ciudad, comer comida chatarra o ser un cliente vitalicio en la rotisería de la esquina? - “Como muchas proteínas, mucha fruta, busco no comer porquerías, alfajores, papas fritas. Nada de eso. Me cocino yo mismo, y te aseguro que te acostumbrás a comer sano. Yo con el tiempo ya sé que cosas me hacen bien o me hacen mal. Tomo bastante café. Hago un entrenamiento en ayunas porque me limpia el cuerpo. Hay conocimientos de mi estudio que también las aplico.”
Por sobre todo, Martín ha demostrado amor propio, tiene disciplina y no siente como una obligación el tener que salir a entrenar cada día, porque lo hace con gusto. Sabe que uno puede tener condiciones innatas para practicar una actividad, pero también con sacrificio y mucho corazón se pueden lograr las mismas cosas. El ya está en tiempo de cosechas.
